¡No me cambien la radio! El nuevo panorama de las emisoras chilenas.

Hace poco leía en los comentarios sobre la programación veraniega de Radio Zero los reclamos de sus viejos y fieles auditores por un tema bastante puntual: la llegada de música “ajena” a la tradicional vitrina electrónica/alternativa que ha caracterizado por un no despreciable tiempo a la 97.7. Claro, el temor se hacía presente en forma de música ochentera y rock chileno, lo que comenzaba a oler (o a escuchar, mejor dicho) a Rock&Pop o Concierto…

¿Qué pasa? Una frase: comenzó la guerra…

Desde la llegada del grupo PRISA a nuestro país (adquiriendo más de la mitad de todas las radios chilenas -y ojo, no fue declarado monopolio-), el segundo bloque en importancia, Grupo Dial (radios Beethoven, Cariño, Carolina, Club, Duna y Zero) inmediatamente comenzó a ajustar piezas, y lo más increíble, al aire. Así, Radio Zero pasó a ser el primer recluta en ingresar al servicio militar, a pesar de los ya mencionados reclamos, llantos y pataleos de los habituales radioescuchas.

Porque comenzó la guerra…

Sin ser especialista en medios de comunicación o publicidad, es lógico pensar que Dial debe iniciar un proceso de adaptación al nuevo campo de batalla que se le presenta, ajustando las armas que tiene actualmente y nivelándolas con el enemigo. Véanlo emisora por emisora (bueno, sacando a la Beethoven):

- Cariño: su línea programática compite con Pudahuel FM

- Carolina: Adivinen… Hit40

- Club: Concierto

- Duna: Aunque conciertos matices, a ADN

- Y Zero… ¿Rock&Pop? No hay equivalencia… ¿Resultado? Ajustes…

¡Disparen los misiles!

Paradojas de la vida: cuando recién comenzó a funcionar la Zero, su misión fue una sola… ¡destronar a R&P! Así iniciaba su vida la 97.7… éste es el origen de la Zero…

Sin embargo, al no ser positiva la experiencia, se decidió darle un toque de exclusividad a la radio, a través de la emisión de música electrónica, hip hop, electroclash, etc. Aquí la cosa “dentró’ a funcionar”… se creó un nicho, y el dial en que se situaba la ex Radio Viva adquiría una personalidad única en toda la FM, pero… Ley del Péndulo (lo que avanzaba, tenía que retroceder alguna vez).

¿Qué tenemos ahora? Una mutación lenta y progresiva de Zero hacia la competencia, tal cual lo realizara un camaleón. ¿Y la diferencia, el estilo único o como quieran llamarlo? ¡Pamplinas!

Ahora hay que tener las mismas armas para luchar (lógico: la contienda era desigual).

¿Se acabó la posibilidad de “refrescar” a las FM? ¿Qué pasa con los sonidos nuevos? El panorama actual nos dice (en realidad, grita) que todo el negocio de la publicidad en la radio se mueve por lo que quiere la mayoría. Y si el pueblo quiere a Los Bunkers en vez de The Postal Service, se le da lo que desean. Punto. Ésta es la realidad, y sólo por una razón fundamental: cada día se escucha menos radio, por lo que los nichos pequeños ya no son atractivos para ser vendidos. Las ganancias son muy pocas para la inversión que se hace en la radio (la Beethoven es el mejor ejemplo, pues funciona casi subvencionada, tal como lo hace Ferrocarriles).

¿Se acaba Zero? Puede que sí. Puede que no. Lo cierto es que los cambios ya caminan, y sólo el pasar de los días nos dirá el verdadero destino de la 97.7.


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